MIS ESCASOS TRIUNFOS PASADOS

-"¿Adónde te vas?"
-"Eh, tengo que pasar a saludar a gente...".
Nunca dudes; las respuestas dudosas me dan inseguridad. No me dejes ni el más mínimo espacio a que desconfíe.
-"Pero es Navidad, ¿adónde te vas?".
-"Estoy de NOVIO".
-"Yo nunca te voy a ser suficiente, ¿no es cierto?".

Sabio inconsciente. Sí, fue un sueño.
Pero en el fondo, muy en el fondo, lo sé.
Aunque me cueste horrores admitirlo.
Nunca será como yo lo espero.
Nunca, nunca jamás.

Ahora vendrá el duelo.
Negación-ira-negociación-depresión-ACEPTACIÓN.
Será difícil, será una batalla a disputar contra mí misma.
Pero va a superarse.
Así como que -tengo plena seguridad- que llegará el día que me pierdas el miedo.
¿Para qué seguir gastando nuestra juventud?
De triunfos no voy a hablar. Creo que las pruebas están a simple vista.

SON BRAVAS POR ACÁ

Preguntó quién era la más brava.
¿Para qué iba a levantar la mano, si no me la iba a bancar?.

Aparte, en el fondo, sería la que se llevaría el triunfo moral.
Mordiéndome el labio, podría repetir para mis adentros: "la más brava soy yo, pero no necesito que dos gatos locos me lo avalen".

Y porque, sobretodo, no necesito que me tiren brillantina y vitoreen mi nombre.
Lo mío es cultivar el bajo perfil.

Porque menudo es mi target. Y ser canchero, NO TIENE ONDA.

A TUS PIES

Y uno ves aunque somos dos. En mis sueños, caminas sobre todos.
Y te veo. Y me ves.
Un movimiento delicado. Un giro atenuado.
Ungido en modestia, vas. Te acercas. Te veo y la quintaesencia pregunta qué serás.
¿Acaso un espejismo?, ¿acaso mi epifanía?.
Será que te veo y me inspiro.
Que me abrazas y no respiro.
Que me abrazas, de nuevo, y no resisto a que de mí te apoderes.
Que los ilesos me confiesen cómo han hecho.
Que me revelen cómo haces para espiar lo que siento.
Un bloque entero, macizo, que no retrocede al verme.
Sonríe, despliegas alas y más temo.
Y así descubrirme enteramente a tus pies.

DE LO QUE NO HAY

Mira, gordo inepto, si vuelvo a escucharte repetir la palabra "copia" una vez más, juro que voy a proceder a clavarte una lapicera Bic en el cerebelo.
Y ahí vamos a ver, gordo inepto, si es que no afecto tu área de Broca -dios quiera que la lapicera llegue hasta ahí, por eso te la clavaré en ángulo-, si podes decir esa palabra que está poniéndome los pelos de punta, otra vez.
¿Será posible, gordo inepto, que puedas repetir tantas veces en tan poco tiempo una misma palabra, y que cada vez que la digas, te des vuelta tan estrepitosamente, atropellándome?, ¿y cómo puede ser posible que ni siquiera me hayas pedido disculpas ni la primera vez que te me caíste encima, gordo inepto?.
¿No te das cuenta que somos un montón de personas apiñadas y que no podes ser tan turro de cagarte en todos nosotros, haciendo lo que se te da la gana?. ¿No ves que estamos en un espacio reducido?.
¿No te da vergüenza ser tan egoísta e irrespetuoso?.
¡Me estás lastimando, gordo inepto!. Ni hablar de lo que estás afectando mi salud mental.
Yo no puedo creer que exista gente tan maleducada como vos, gordo inepto.