Se hace la remake de "La Banda del Golden Rocket". A vos, ¿cuál te gustaría que vuelva?

febrero 23, 2011

(cuando seamos grandes) ¿TE QUERÉS CASAR CONMIGO?

Ahora que he captado tu atención, me dispongo a decir verdades. En efecto, sí, es más que cierto que me gustas. Pero es hora de que lo asumas. Yo también te gusto.
No pongo en tela de juicio que me quieras, que me ames, o que me adores. Por hoy, sólo debes admitir que te gusto. Como yo lo asumí desde el minuto cero.
Si no, no es parejo. No estamos jugando limpio. Siempre yo quedé expuesta y vos, vos siempre te hiciste el lindo.
Vamos, no es la gran cosa. No sé por qué tenes tanto miedo. No sé por qué sos tan cagón. Si yo tengo más miedo que vos. De no saber cuán veraz puede ser todo este cariño. De que sea sola y absolutamente una ilusión óptica. Un cadáver exquisito que de a poquito, y sin notarlo, fuimos acoplando, y terminó siendo esta maraña de confusiones. Tengo miedo de que me quede grande todo lo que he dicho. Que, de posibilitarse la expresión de todos mis deseos, se me empañe la cabeza, se me caigan las medias y me haga pis encima del pánico. Y sobretodo, lo que más terror me da, es no poder sostenerme. Que todo haya sido un merísimo pasatiempos.
Así que, figúrate vos, yo tengo más miedo, cagón.
Yo no te estoy pidiendo otra opotunidad, no. No estoy pidiendo que te conviertas en el novio ideal. No pido que te despiertes a mi lado.
Yo ya no te pido permiso. Te exijo que resuelvas tus problemas (que, espero, sean sólo de tipo inhibitorio) y me digas "sí, María, me re gustas".
Listo, punto. Y aparte. Cortémosla con la pavada. Ya estamos grandes. ¿Cuánto más podemos proyectar esto en el tiempo?. Y con proyectar, no te preocupes, no quiero decir que idealizo algo a largo plazo. ¡Ni siquiera sé si me da el cuero para algún encuentro cercano! -no había mentido, dije desde el principio que estaba repleta de miedos-. Por favor, no tiembles si me tenés que sostener (si vos temblas, imagínate cómo estoy yo).
Dale, si me estoy quedando ciega de tanto mirarte a vos (sí, como en el tema). Vamos miti y miti. Fifty-fifty. Yo no puedo con todo. Ni tampoco soy lo peor que te pueda pasar.

CONFIESO QUE...VI

ODIO a la gente que se tatúa pelotudeces en el pecho, a saber:
"Le viè est a film"
"Fortaleza"
"Nonpalidece"
"Ezpeleta"

La verdad, me sale la joven adulto de adentro y les digo, a ustedes, manga de desconsiderados corporales y de su descendencia, no tienen cabeza. Los obligaría a predicar la palabra de sus tatuajes. De por vida.
Se salvaron, porque no tengo autoridad para tal cosa; más vale que toda la vida les guste las pelotudeces que se marcaron.
A veces soy toda una Rodríguez Larreta, y dios me tenga piedad.

UN AMOR CHIQUITO (para recordar)

(una de las historias tomadas prestadas del Conurbano)

Metro sesenta de puro amor. Era obvio que era la primer noche que pasaban juntos. Ella le rogaba que la llamara más tarde; su pedido iba envuelto de un ladeo de cabeza y un casi imperceptible levantamiento del pie derecho.

Él la miraba embobado. Y debía de estar muy enganchado. Acompañarla a tomar el colectivo siete menos veinte de la mañana, un martes, es casi amor. Es más que pedir matrimonio. ¿Quién invita a cenar un lunes?.
Era obvio que él la había invitado a comer a su casa. Era obvio que él había cocinado y que ella, mientras lo veía cocinar, imaginaba cómo serían sus hijos.
Era obvio que él bebió vino. Y era obvio que ella no. Era obvio que él, después de comer, e intentar ver una película que no terminó ni siquiera los avances, le pidió que se quedara a dormir.
Era obvio que ella no aceptó de inmediato, aunque tenía un ¡SÍ! amalgamado a los labios. Seguramente intentó excusarse con que al día siguiente debía trabajar. Él le habrá dicho que ponía el despertador. Ella habrá intentado, en vano, con que no tenía ropa. Y se habría derretido de amor al ver la cara de "qué me importa, por favor, quédate" bonaerense que le habrá puesto él.
Así, más o menos, creo que se habrán dado las cosas. Fue lo que percibí viéndolos en la parada del semirápido a Correo esos diez minutos.
Ella viajó hasta destino con una sonrisa de oreja a oreja. Y sí, quién le quita lo bailado.

febrero 18, 2011

ESTO ES CUALQUIERA, BLANCA

En vez de mudarme, parece que me morí.
Sí, me siento sola. Y no es porque esté sola, es porque me siento aislada.
No sé si fui yo sola quien se puso en este lugar. No sé si habrá pasado que yo sola me aislé.
Pero, ¿por qué si siempre hice todo sola, nunca vendí mi independencia, nunca la trancé, por qué ahora me siento así?. Si siempre fui yo la que cerró el corazón, la cabeza. Si siempre fui la que nunca dejó a nadie entrar. Por qué ahora me molesta estar sola, es la pregunta que me hago.
Porque siempre hice lo que quise, y siempre me salió bien, es la respuesta.
Y ahora no, ahora no hago lo que quiero; no me gusta lo que hago ni un poco. Me frusta. Me pone mal, saca lo peor de mí. Y ahora sí necesito apoyo. Aunque sea moral. No quiero que me den la razón. Quiero que me abracen mientras lloro.
Si no estás siendo feliz, no funciona. Tendría que funcionar.
Pero, ¿qué sentido tiene?, no se puede hacer solamente lo que nos da felicidad, lo que nos genera divertimento. Así nunca voy a crecer.
Debo admitir -ya es hora, ya estoy grande-, no tengo tolerancia a la frustación. No puedo verme no llegando. Por eso lloro. Por eso, sigo aislándome. Y aislándolos.
Yo no quiero crecer para hacer algo que no me gusta y llorar de angustia.
En realidad, yo no quiero. Quiero hacer lo que quiera, cuando yo quiera. Aunque les de adolescente.
Y hoy por hoy, no estoy siendo ni 1/4 de mi misma. Yo creí que no estaba en mis planes crecer. Y lo fui haciendo, sin notarlo; y a pasos agigantados. Y eso me angustia. No ser dueña de mis propios tiempos. Crecer porque se me exige -la vida misma lo exige-. Y no porque yo quiera.
¿Qué sentido tiene?, ¿lo hubiese hecho por mi cuenta?, ¿o debía llegarme la adultez de cimbronazo?
No pasa por los demás, por cumplir o no expectativas. Pasa por mí. Ahora me da mucho miedo no llegar a ser de mí lo que yo quería.
Y sí, cuando está oscuro, todo oscuro se ve.

COMUNICADO OFICIAL Nº 5

Famosa agua mineral dice ser "FRESCA Y EXPRESIVA". ¿Qué significa?, ¿la destapas, acaso, y grita "¡VIVA PERÓN CARAJO!"?
Posta, los que estudian Marketing son unos estafadores.
Y otra cosa: odio a los padres Actimel. ¿Vieron la publicidad de los padres que hablan de que los hijos comen del piso o chupan pelotas del pelotero?. Bueno, creo que están criando hijos neuróticos. Un nene de 4 años no conoce las vías de contagio. Esos nenes a los 25 andan son los que te no comparten vasos. O limpian la bombilla del mate, en una ronda con amigos.

febrero 02, 2011

B6 HUNDIDO

Ay, cada vez que se toma una decisión, hacemos agua.
Yo siempre con mis miedos y esta inseguridad que toma posesión de mí.
Hace agua mi barquito por estribor.
El Titanic, un poroto. Sí, yo, la que viste y calza (no la que vestiste y calzaste, no le digas a nadie, eso fue entre vos y yo), la que se lleva la multitud por delante, la que grita para hacer callar al resto y que su voz sea la que más se oye; sí, yo soy un manojo de nervios, un caramelo blando en la guantera. Una perdiz a la crema, como decía Oliverio.
Hay que aceptarse a uno mismo, hay que aprender a convivir con todo eso que uno es, y despertarse al lado de esto que se es, y no estar durmiendo con el enemigo.
Hace agua -otro poquito- por babor.
Es esa sensación espantosa de sentirse hundir, de sentirse ahogado. Y no saber nadar.
Y sí, más vale, también hago agua cuando me ponen frente a mí misma, cuando me exponen. Cuando me doy cuenta de que grito porque no sé como decir todo esto que me pasa adentro. Cuando caigo en la cuenta que esta topadora que soy es porque si me freno, me quiebro. Ya lo dije, ser tan sensible, es una cagada. Sí, soy naif. Sí, soy un puñadito de llantos no concretados, de penas ajenas experimentadas, de frustraciones frente a utopías inalcanzables.
Todo eso soy, por eso, éste, mi barquito, hace agua por estribor y también, en el pico de las crisis, hace agua por babor.

AL FINAL, CARA DE NABO SIEMPRE TUVO

Me había creído enamorada de su forma de mirar. Había vístolo entrar y quedado fascinada.
De esa forma tan peculiar de dominio sobre sus manos, que parecían pinceles de acuarelas que retrataban todas sus palabras.

Si, ya sé. Parece que ya la estoy flasheando en colores, pero a veces me pasan estas cosas. El embobamiento al cubo, el enamoramiento platónico, y vuelvo a sentir lo mismo que sentía cuando me gustaba Octavio, de Júgate Conmigo, a los 5 años.
Es que para mí, era simplemente encantador. Más maravilloso que un caleidoscopio. Y eso ya es mucho decir.
Sentía una casi devoción, un culto, un fanatismo. Y yo sola lo sentía. Solamente yo veía eso en él.
Para el resto del mundo, lo mío era una sobrevaloración.
El manojo de nervios paseaba en montaña rusa cuando él respiraba en el mismo ambiente que yo. Llamémosle mismo lugar, misma ciudad, mismo país. Bastaba con que lo sintiera cerca para morirme de amor.
Y ahí justamente, está el meollo del asunto. Yo no nací para morirme de amor. Eso se lo dejo a todo aquél que desee conservarlo. Pero yo, no. Nací para otras cosas. Plantar un árbol, escribir un libro, cambiar el mundo. No lo sé; pero no iba a morir de amor.
Yo me creía enamorada de su forma de mirar, de lo hermoso que sonaba mi nombre en su boca (y cómo combinaba mi nombre con su apellido, con el "de..." a modo de materialización de todo mi amor; sí, yo me creía de él. Sí, yo hubiese permitido que hiciera de mí lo que prefiera), de ese don que tenía para que todos sus dichos causen en mí algo sin igual. De todo él, me creía enamorada.
Hasta que usé uno de esos progamas que muestran cómo serán los hijos entre dos personas subiendo sus fotos.
Off the records, que conste, sólo voy a decir que todo mi amor se fue por el caño porque no me gustaron nuestros hijos.
Eso, y que me cantó un bolero en un restorán.
Ahora ya no lo amo.
Considero seriamente la posibilidad de mandarle un remis a la casa para que mate a sus familiares.

INFO ÚTIL (para quedar bien en cualquier lado)

Después de unas largas vacaciones, El Gacetín Macanudo trotará por terrenos insoslayables. A partir de hoy, este blog explicará frases cotidianas, que nadie sabe de dónde catzo salieron.
La frase que pasaremos a enseñar en el día de la fecha es, nada más ni nada menos la famosa "los últimos serán los primeros".
Esta frase -y cáiganse en sus posaderas-, salió de las fauces de Isabel, la Católica. Sí, si, aunque ustedes no lo crean.
Isabelita le dijo esto a Colón y a un par de pibes más que andaban jodiendo por España. Porque se los quería sacar de encima. Andaban rompiendo los quinotos y bueno, como eran re pesados y medio vandálicos, ella les propuso un reto, para sacárselos de encima.
Les dijo a los tipos estos que agarrasen unas carabelas y unos cuantos presos y salieran cada uno para un punto cardinal distinto y no volvieran hasta que consideraran que serían los que más tiempo de viaje llevaran.
Ruy Carlos Alberto Horacio de Bilbao se fue para el Norte. Murió junto a toda su tripulación a los tres días porque nadie había llevado provisiones. Ni abrigo.
Manolo Penitencio Álvarez se fue para el Oeste. Cuando llegó a Arabia se quedó a vivir ahí porque le re copó el clima.
Pepe "El Vasquito" Ortegarrizabal se fue al Sur, pero al toque se le ocurrió hacerle una joda a Manolo. Tomar su barco de noche y con sábanas encima, asustar a todos los marineros. Pasó que él no sabía de lo de Arabia, y se quedaron esperando bastante, cerca de Mozambique y se los comieron el mounstro del Lago Ness y el Nahuelito, que habían ido de vacaciones a esas latitudes.
Cólon, obviamente, encarriló para el Este. Y bué, el resto de la historia ya la conocemos. Llegó a América, conoció gente buena onda, le gustó una minita, se la llevó a Inglaterra. No paren, ese es otro cuento.
Bueno, dicen que Colón murió no sabiendo que había descubierto un continente. Esa es la historia oficial. La posta es que levantó un casino clandestino en lo que ahora es Cuba y se agarró sífilis y murió porque en vez de poner un centro sanitario, boludeó con la timba.

(in)UTILÍSIMA

Mi papá a los 5 años me enseñó la Teoría de la Relatividad. Sí, como lo oyen. Todo fue porque pregunté, ilusamente, por qué las nubes se movían tan despacito.
Papá rió. Me dijo que en realidad, las nubes se movían rapidísimo. Que nosotros las veíamos moverse lento porque estaban a mucha distancia. Y prosiguió "dependiendo de la velocidad del observador, la velocidad del objeto observado". Y así aprendí la opera prima de Albertito Einstein.
Éste es uno de los mejores ejemplos gráficos del por qué de esta bolsita de conocimientos poco útiles que soy. A veces me gusta creer que soy un juntamugres. Por si no lo sabían, juntamugre es todo aquél habitáculo donde se junta mugre, y se desnaturaliza de su función original.
Suele ser un juntamugre, verbigracia, un desayunador, una mesita colocada junto a la puerta de entrada, los cajones de mesas de luz, o de escritorios.
En mi casa, las veces de juntamugre están a cargo del desayunador. Podemos encontrar allí toda clase de objetos: llaves, medicamentos recetados y no recetados, fósforos, foquitos, un pisapapeles, lapiceras, papeles, cargadores de celulares, y una infinidad de cosas que, de necesitarlas, jamás encontrarías.
Este concepto de juntamugre lo tengo muy presente en mí, pues yo misma soy su personificación. Yo de todo, sé algo. Mecánica, ortografía, derecho, tasas de intereses anuales, el Dow Jones y cualquier noticia digna de ocupar la portada de cualquier tabloide de temas del corazón berreta.
¡Soy el Google humano!. ¡Veni a intervenirte ésta, Moreno!

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