Se hace la remake de "La Banda del Golden Rocket". A vos, ¿cuál te gustaría que vuelva?

noviembre 26, 2012

PUTO EL QUE LEE


El mundo es tan injusto que ahora mismo estoy comiendo una galleta de arroz con queso.
Y, juro, no tiene gusto a nada. 
Escuchar a Los Abuelos ya no es lo mismo. Cuando no tenés tiempo, extrañas tu juventud. Los años mozos.
Y en lo único que pienso es "María no debo, María no debo".
Reprimir acciones es una cagada. Pensar en el prójimo y no cagársele. Pensar que el otro tiene sentimientos. ¡Dios, quiero ser impunemente una egoísta!
No te enamores no, no te enamores nunca. Yo aprendí que significaba Benelux en 1º Año de Derecho. Y no vivía preocupada, recuerdo. Era muy joven, era más egoísta. 
¡Quitémonos las caretas, seamos todos unos egoístas bárbaros! 
¿Por qué esta construcción social de ser buena persona?
Está latente la idea en mí de uno de estos días de mandar todo a la bosta y salir en ñocorpi por la calle, subir al bondi y pagar el mínimo yendo a Provincia. Entrar al quiosco y llevarme una Coca sin pagar. Robarte la propina. Cruzar en rojo. Robarle el WIFI al vecino.
Trazarte al novio en su casamiento.
Quiero dejar el don de la justicia en una picadora, y cometer todas las injusticias habidas y por haber.
Y después, bancársela.

EL DÍA QUE ME QUIERAS (4)

CUANDO TE CONOCÍ, capítulo primero

La primera vez que lo vi lo tengo patentísimo, como si fuese ayer. Guardo ese recuerdo para mi como si fuera un tesoro.
No hubieron fuegos artificiales, ni fue a la luz de la luna, ni un cuarteto de violines tocando alguna canción romántica, ni hubo nada que haga de eso momento una escena de dos personas que se flechan a primera vista.
Yo estaba histérica ese día. Y justo fui a toparme con Nacho en un colectivo.
Había sólo un asiento libre, y no pude haber tenido más tino: en el asiento contiguo dormía un chico con un libro abierto en el regazo y con auriculares puestos. De repente, la histeria se me pasó, y quedé calma, como si hubiese visto una buena película o me hubiese recibido un abrazo. Y eso fue lo primero que sentí.  Aunque cuente que al conocerlo, no se me movió un pelo. Por ahí es el sinsabor que me dejó nuestra historia y mi orgullo lo que me hacen contarlo de ese modo. Y a veces sucede que recuerdo las cosas como quiero. Como quisiera que se hubiesen dado.
No sé qué fue lo primero que me llamó la atención, pero mientras dormía, no pude sacarle la vista de encima. Quería saber qué era lo que leía, qué música sonaba en su reproductor, de qué color eran sus ojos y qué cara ponía cuando sonreía.
Así que me lo imaginé. Como hago cada vez que no tengo la certeza de algo. Invento la realidad que me gustaría que sea.
Unas cuadras antes de mi parada, se despertó. Cerró el libro, que no pude ver cuál era, y apagó su música. No sonrío, ni pude ver sus ojos.
Bajamos en la misma parada, y tomamos el mismo subte.
Así que lo dejé que se ubique primero. Para poder sentarme frente a él…

INFINITAMENTE

No sé decirte todo lo que me generan tus cambios. Quizás siempre estuve errada y vos eras esta persona, y yo hice mal mis juicios. No quiero quedarme con eso. Con tal sensación. De que haya sido toda una mentira, todo un sueño.
De haberte querido al pedo, de no haber estado a la altura. De no haber llenado tus expectativas.
No puedo agradarle a todo el mundo, pero si pudiera cambiar, preferiría a vos que al mundo completo.

Ser grande y no tenerte conmigo es feo, no quiero vivir con esta sensación toda mi vida. Mi vida entera sin vos es una idea que no concibo.
Encontrarnos a los cuarentay será ya una pérdida de tiempo, y yo no quiero perder más. Ni el tiempo, ni tu sonrisa, ni todo tu amor. Ya lo perdí mucho, pensé que iba a estar siempre ahí y ahora lo depositas en otra paciencia. En alguien que se banca más que yo tus arranques inentendibles de miseria.

Aún así, yo quería bancarme tus miserias. Y que vos toleres las mías. Pero me creí que tenía todo el tiempo del mundo, que podía aflojar. Que íbamos a tener toda la vida para vivir de nuestro amor.
Me demoré.
Y vos no aguantaste solo, solemnemente. Y yo creí que siempre iba a ser joven y canchera.
Tendría que haberle hecho caso a Robertito -Arlt-: "Atenti nena, que el tiempo pasa y cada día merma el stock de giles".

Y Pedro ya no suena para nosotros. Ahora escucharás a Pedro con ella. Y yo tendré que hacer lo propio. Pero ganas no tengo.
 

Ganas de estar maravillosa esta noche eran para con vos.
Quedarme simplemente con el recuerdo de lo que fue, me paraliza. Lastima mucho más de lo que es tolerable para mí.
Desde el dolor -siempre-, elijo construir. CAPITALIZAR. Crecer. Ser mejor cada día.
Total, no serás el último. Siempre serás el primero.

Entradas populares