Se hace la remake de "La Banda del Golden Rocket". A vos, ¿cuál te gustaría que vuelva?

marzo 16, 2011

AVEC LE COEUR

Un pétalo no es siquiera tan terso,
una mirada suya bastará para sanarse.
Y fíarsele será la moneda corriente.
Las paranoias quedan durmiendo fuera
y puertas adentro, el más precioso atardecer.
Merci beaucoup,
que ya no soy parte;
en la lumbre en el ocaso
y atardecer,
el extracto más puro,
la más concentrada belleza.
Inigualada certeza de atardecer de su mano,
tanta dicha,
y la victoria se acomoda en el podio.
Mas será voz popular,
mas será la absoluta, cruda verdad
que después de atardecer, la noche;
la despiadada despedida.
Desvestida el alma,
ya no hay lugar para ocultar
el nihilismo de la más acérrima negativa,
si de veras es
el Taj Mahal en concreto.

BOLLITO, PLIEGUE Y A LA BOLSA



Para mí, el mundo femenino (puesto que los hombres no lo hacen) se divide en dos grandes grupos: las que cuando hacen pis, pliegan el papel higiénico por el troquelado; y las que hacen bollito.

Las primeras, son nenas que miraban "Reina en Colores", usaban los zuequitos de Xuxa, jugaban a la cocinita y tenían una muñeca como hija. Y la paseaban en carrito. Los rosas y blancos de plástico.

Las del bollito siempre jugaron a hacer tortas y castillos de barro y preferían la película de Brigada Cola a La Sirenita.

Las de bollito son las que se ponen en pedo y van a buscar a un ex chongo a la puerta de la casa a las 9 de la mañana un domingo.

Las del pliegue van a morir de la represión antes de avanzar a un tipo.

Las del bollito estudian "carreras con cosas que tengan contacto con las personas". Las del pliegue siempre son las de las ciencias duras.

Las bollito nunca son jefas. Las pliegue lo son siempre. O, por lo menos, siempre aspiran a serlo.

Las bollito se enamoran; las pliegue enamoran.
Las pliegue son las que cocinan y dejan la cocina impecable.

Se dice que la última vez que una bollito intentó cocinar, implosionó una usina nuclear.

Yo soy un poco bollito y un poco pliegue. Quiero ser canciller tomando caipirinha en la playa. Quiero ser una madre open mind. Quiero ser esposa, pero que cada uno haga la suya.

A mí me parecería fantástico que nosotras, las chicas nos colguemos un cartel que diga "atenti, bollito " o "pliegue suelto".

Lo que espero que a ninguna de las miembros de cada sector le suceda, es salir del baño con un pedazo de papel engachado en el pie...

CONFIESO QUE...VII

Es tedioso muchas veces, ser solo. Sobretodo cuando comprás esos sanguchitos de estaciones de servicio que vienen de a dos.
Cuando volves solo a tu casa.
Cuando precisas un abrazo.

Cuando te acostas y mirás, y te das cuenta de que el techo está tan lejos -tan alto-, y que tu cama es muy grande para vos solo.
Y más que tedio, da también tristeza.

PIMPOLLOS DE HISTERIA

Starbucks es un lugar que me simpatiza. Sí, en el fondo me hubiese gustado ser cosmopolita. Pero soy una piba del Conurbano, que toma un semirápido todas las mañanas para ir a laburar.
Sin embargo, no puedo pasar por alto la combinación exitosa de café y sillones.
Y menos aún dejar de contar algo que llegó a mis oídos mientras tomaba un Frapuccino Moka Blanco tamaño Venti.
-Yo no la entiendo, me pelea, me pega y después quiere ver una película conmigo.
-A mí, la mía me hace lo mismo. Me grita primero y después me pide perdón, llorando.
-Están locas, Rodrigo, menos mal que tengo una. Vos que tenes dos, la debes pasar mal.
-Sí, pero te digo, también es divertido, cuando están de humor.
-Yo no sé como hace mi papá. Además de hermanas, ¡se casó!. Che, ¿ya fuiste a ver Rango?, está re buena.
-No, mi mamá me castigó, así que hasta que no me lo levante, no puedo ni salir a jugar.
Eran dos nenes divinos, tendrían como mucho, once años. Y ya están mambeados. Pobrecitos, todavía les queda el terrible filtro de la pubertad. Dios los ampare.

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