Se hace la remake de "La Banda del Golden Rocket". A vos, ¿cuál te gustaría que vuelva?

marzo 23, 2010

VACÍO

Se trataba de un pasillo largo, muy largo.
El otro extremo no era posible ser vislumbrado.
Estaba perfectamente iluminado, y lo único que lo opacaba era yo.
Pues ya era una sombra de mí.
Pensé, cual Alicia, y me dije "es sólo un sueño".
Para no asustarme. Para envalentonarme.
A su final, después de recorrerlo, alcancé una puerta. Pesada, enorme. De vidrio esmerilado.
Pase a una gran habitación redonda.
A modo de guarda, decorando el cuarto entero, estaban todos sus nombres. Y a final, estaba el mío.
Porque, como ya te dije, yo ya era una sombra demí.
Ya no estaba, no existía. Sólo quedaba mi nombre.

SOBRE GUSTOS NO HAY NADA ESCRITO

Amiga 1: -"Ayer me di cuenta de que a mí me gustan los pelados con espalda ancha y tatuajes".
Amiga 2: -"A mi el pelado me da viejo, poco hombre. Calvo. Es lindo el rapado".
Amiga 3: -"A mi me gusta el pelado, tenes que ser muy lindo para que te quede bien".
Amiga 2: -"Espalda ancha, lo banco. Tatuajes, no tanto. Pero pelado no. En realidad, a mí me gusta el drogadicto fuma porro".
Amiga 3: -"Si, a mí también".
Amiga 2: "Es que el fuma porro está en contra del capitalismo, va a cambiar el mundo".
Amiga 3: -"En realidad es un nene de mamá. Seguro tiene un Edipo mal resuelto. Pero una elige creer que es un rebelde".
Amiga 2: -"Si, una elige creerlo. Pero sabes que se va a cagar en vos, que te va a cambiar por un porro".
Amiga 3: -"En realidad, es un vago con onda".

marzo 18, 2010

AGAMENÓN (1)

¿Nunca te conté de mi experiencia en Agamenón, no?.
Resulta que un verano, hace mucho tiempo, viajaba en un convoy a Necochea para conocer al tipo de mi vida.
En el kilómetro 542 de la ruta 63, colapsamos. Y unos metros más adelante, había una entrada a un pueblo.
"Bienvenidos a Agamenón. Capital Nacional del Mate Cocido Helado".
El convoy siguió hasta su destino. Y resultó ser que ellos sí conocieron al tipo de mi vida. Pero yo me quedé en Agamenón. Como siempre, estoy donde no debo estar.
Pero este pueblito tenía tantas cosas para descubrir. Y yo tenía ganas de hacer turismo.
Agamenón es un pueblito de la pampa húmeda, con unos mil habitantes.
Si, se conocen todos.
Llegué a la cantina del pueblo. Que además funciona como Pago Fácil y heladería.
El encargado del lugar notó al instante que yo no pertenecía al lugar. Pues tenía la cámara Nikon a rollo preparada, colgando en mi cuello, una visera y me había untado un pomo entero de Dermaglós factor 60 en el rostro.
-"Usted no es paisana, ¿no es cierto?. ¿De donde es, señorita?".
-"De la capital. Viajaba a Necochea, pero me quedaré unos días. ¿Conoce algún lugar donde pueda hospedarme?".
-"Si, por supuesto. Mi prima Chichita alquila cuartos. Llegó en buen momento, no estamos en temporada alta. Si usted viene en julio, acá no encuentra donde quedarse. Es que tenemos el festival del mate cocido helado".
En ese momento, se oyen gritos, corridas, y al dar vuelta mi cabeza, noté que habían por lo menos 550 personas en plena procesión, llevando un perro salchicha en andas.
-"TOPITO, TOPITO!!!!", vitoreaba esa multitud enardecida.
Algunos, más fanáticos, gritaban "AGUANTE TOPITO, ÍDOLO".
Sorprendida, salí a la calle, con el cantinero (que resultó ser su gracia Atilio).
Frené a una señora con ruleros y le pregunté que había sucedido.
-"No sabes, nena, lo que pasó. El hijo de Cuca, la panadera, viste, la que hace los vigilantes con pastelera; bueno, pasó que el hijo de ella le quiso sacar al hijo del ferretero don Osvaldo, la bicicleta. Y justo Topito, que es el perro de la iglesia, pasó por ahí, y viendo lo que pasaba, lo agarró al hijo de Cuca y lo mordió"
-"¡Ah, un heróe, Topito!".
-"Y si, nena. Figúrate vos que Topito es viejo, casi no escucha, tiene reuma y no ve de un ojo. Sin embargo, mira que bien que lo habrá educado el Padre Guillermo que el perrito salvó al hijo de don Osvaldo".
-"¿Y que pasó con el hijo de la panadera?".
-"Marta fue a buscar al cabo Garcia, que vino al trote y se lo llevó al hijo de Cuca detenido".
-"Perdón, ¿quién es Marta?".
-"Ay, nena, cuántas preguntas. Marta, la maestra, la que tiene el marido que es mecánico, Augusto."
-"Ah, está bien. Bueno, menos mal que apareció Topito".
-"Si, menos mal".
Y sientiéndome presa de mis impulsos, me sumé a la multitud enardecida, que se dirigía a la Municipalidad para pedir justicia, y para que se le reconozca a Topito todo su buen obrar y valentía.
A los cinco meses, me enteré que Topito, el perro justiciero, tenía una calle con su nombre.

NO ME PIDAS QUE ME PORTE COOL

Si hay algo que me enferma, que me desquicia, es que la gente me indique como actuar. Como reaccionar. Como debo obrar.
¡Momentito, muchachos!. ¿Yo me entrometo en la vida ajena?, ¿acaso yo, los machaco hasta el hartazgo para que actúen como prefiero?.
No, ni ahí. Ni me meto.
Si, debo admitir, soy de hacerles críticas constructivas, nada más les aviso cuando se están mintiendo a sí mismos. Pero hasta ahí llego. Más no me meto. Porque no me concierne. No es mi jurisdicción.
Porque, sin ánimos de ofender, si todos condicionáramos las salidas ajenas, las distintas reacciones, terminaríamos mal. Mal, mal.
Y no, yo no quiero vivir así. Yo quiero que la gente, a lo sumo, me cague a pedos porque me mandé un moco, pero no que me coarten mi libre albedrío -el mínimo que me queda- y me hagan la psicológica para actúe a gusto y piaccere ajeno.
Por eso, me cae pésimo que me digan que me porte cool.
Yo no soy cool. Soy nerd. Y basta, asúmanlo.
Seré muy espontánea, muy rápida para contestar, pero no soy cool. A lo sumo, leí mucho a Conan Doyle y ejercité mi pensamiento lateral. Por eso tengo blogs. Pero no soy para nada una copada reventadita del Siglo XXI, a la que están acostumbrados.
Yo no estoy de moda, ni nunca lo estaré. Porque amo a Fito y Cerati me parece un flor de nabo. Así de simple.
A mi me gusta ir a un bar donde hay gente muy rara, y no me gusta el bar donde escuchan música de onda y se visten para la ocasión. No, yo voy a tomar cerveza al fondo, así que nos soy cool. No me gustan los boliches y si estoy 15 minutos de pie, me duelen los riñones.
¿Vieron?, no soy cool.
Y por sobre todas las cosas, no, nunca me voy a comportar como una señorita principi. Jamás.
A mi me gusta el quilombo de fondo, hacer jodas del estilo "vamos a morir todos" y fumo Camel.
No, no soy cool. Así que no me pidas que lo sea.
Mórdete la lengua antes de pedirme semejante cosa. Porque vas a estar gastanto energía en la nada misma.

COSAS QUE ME HINCHAN LAS PELOTAS

*bandas que hacen covers de Charly, Pink Floyd y creen que suenan igual sólo por copiar sus acordes.
*mi mamá.
*no recordar ciertas cosas.
*que me pongan en evidencia, adrede.
*que no me frene un colectivo.
*esperar mucho el 159 1xMitre.
*que me tilden de frívola (¡es para no sentir tanto, manga de nabos!).
*que un x crea que lo amo en secreto, porque malinterpreta mi blog.
*que siempre que un hombre me pregunte "¿sabes quién soy?", me mate pensando dónde me lo tranzé y cómo se llamaba.
*que la gente ponga apodos, diminutivos, o no diga con toda las letras, aquéllas cosas que sólo pueden nombrarse con toda la boca.
*que me estafen, me roben, en las comidas del cine.
*las butacas de los cines.
*que haga mucho frío.
*que haga mucho calor.
*que todavía existan los hombres zalameros y cursis.
*que todavía exista el capitalismo.
*que, cuando tengo las monedas justas, no me pase alguna en el expendedor de boletos.
*que no se den cuenta cuando genero vacío.
*que no haya en este país ningún ente público que se preocupe de los animales.
*la gente facultativa.
*que en la facultad la Coca Cola la cobren 5 pé.
*que George Harrison esté muerto.
*que cuando tengo que cargar crédito, Movistar no duplique.
*el abarrotamiento de gente
*que me ilusionen y después me pinchen el globo.
*ser TAN ansiosa
*que no se me haya ocurrido a mí el boom "Ciega a Citas".

marzo 05, 2010

EL AÑO QUE VIENE A LA MISMA HORA

Si hubiese sabido cómo resultarían las cosas, te habría dado el protagonismo.
No hubiese hablado tanto de mí, de los tipos que conocí mientras no estuviste, de la facultad, de lo nuevo que había escrito, ni de mis problemas personales.
Te hubiese dado un lugar. Si lo hubieses pedido.
Pero no te escuché, no me di cuenta, no quise ver lo que te pasaba. Y mientras, vos gritabas para tus adentros.
En cualquier momento, hace un año. Y pasaron tantísimos sucesos que nos alejaban para siempre. Siempre, siempre.
-"¿Vos te das cuenta lo que te extrañaba?".
-"Sí, noto que me extrañaste horrores. Porque cuando te necesité, no reparaste en energías para ayudarme. Y no te imaginás lo que me ayudaste. Por esas cuestiones te quiero, porque me sorprendes. Siempre me sorprendiste. A tu manera, sí, pero yo sé cuánto me queres. Y estoy totalmente agradecido".
-"Pero vos te lo ganaste, eso. Vos no sé si te diste cuenta de que yo nunca me comporté así con ningún tipo. Vos lograste que me abriera, y te quiera así".
-"Igual, me encanta tu actitud 'andate a cagar', sos única".
-"No es actitud 'andate a cagar', es intolerancia".
-"¿Por qué siempre buscas diferenciarte?, no está mal que opines como el resto de los mortales".
-"No es mi estilo. ¿Por qué dejamos de vernos?".
-"No sé, creo que no tuvimos nada que ver, estaba fuera de nuestras manos. No fue nuestra culpa, sólo pasó, y nos alejamos".
-"Pero prometo que, si lo volvemos a intentar, voy a comprometerme. Con vos, con lo nuestro. Con todo lo tuyo".
-"Hoy no puedo garantizarte nada. Ya pasó el momento, y vos no lo quisiste aprovechar".
Y te dije tantas, tantas veces que te quería. Y me contestaste cada una con un "yo te quiero más".
Durante todo este año, tuve la ilusión que, al año siguiente, a la misma hora, nos volvamos a juntar.
Y no sentir más miedo. Ya no dudar. Y elegirte de una buena vez por todas.
Pero, esta ilusión no va a suceder.
Igual, no me entristece. El año que viene, a la misma hora, será mi cumpleaños.
Y porque, en un abrazo, nos abrazabas a los dos.

IRIDISCENCIA

Iridiscente, me dijiste.
No tengo la más pálida idea de lo que significa.
Iridiscente: adjetivo. Que muestra o refleja los colores del arco iris.
¿Eso soy para vos?, gracias. Pero prefiero que me tildes de gritona. O loca.
Es más fácil satisfacer lo que se espera de gritona, o loca.
Con iridiscente, segurísimo, te voy a defraudar.
Y vos fíjate; quien avisa, no traiciona. Después no quiero reclamos.

A NO ES B

Digamos que hay una persona A y una persona B.
Mejor dicho, hay un tipo A y un tipo B.
El tipo A, del cual jamás daré el nombre -pues es muy factible que resulte leyendo esto y me haga juicio por utilizar su nombre, por estafarlo sentimentalmente y nunca haberlo besado-, es un flaco al que no le queda otra que ser inteligente.
El tipo B, básicamente, es lindo. Lindo, y discúlpenme, básico.
A diferencia del tipo A.
Este último no es lindo. Por eso, desde muy temprana edad, al notar que en los asaltos ninguna compañerita le pedía "rojo", decidió cultivar su intelecto, morfarse docenas y docenas de libros, recorrer museos, fomentar lazos en bares literarios y llenar su cerebro de conocimientos varios, abarcando todas las ramas del saber. Desde literatura hasta astronomía. Simplemente, porque otra no le quedaba. Era eso, o morir vírgen.
El tipo B rara vez agarró un libro. Se dice que un día cayó uno entre sus manos. Y era "El Principito". Se desconoce (algunos dicen tener la certeza) si lo ha abierto y, menos aún, si lo ha leído. Ya te dije, el tipo B es básico.
El tipo B no necesita conocimientos. A nadie le interesa si el tipo B conoce sobre alguna materia. Porque él es lindo. Es más, la gente cruza los dedos para que no hable, porque da nabo, sinceramente.
Al tipo A es lo único que lo va a salvar, el poseer conocimientos. Lo único que lo puede acercar a una mina.
Al tipo B, las minas le llueven.
En sintesís, tenemos un tipo A, del cual podes decir que es un intelectual. Y tenemos un tipo B, del que podes llegar a decir "cómo le entro". Pero jamás vas a considerar que tenga siquiera un gramo de cerebro.
Jamás vas a decir "es muy inteligente", o "tiene una viveza y perspicacia únicas", o "tiene un sentido del humor singular".
Al tipo B, lo único que lo salva es ser lindo.
Y al tipo A, bueno, ser inteligente.
Su problema es su ego. Después de gastarse toda la vista, y pasarse la vida recorriendo librerías y viendo películas de clase B; el tipo A alimentó su ego, su narcisismo hasta un punto tal de que, se cree el regalo de Dios (de su Dios, jamás es católico el tipo A; él es más inteligente que vos, que cualquiera, y ésta es su más firme convicción) a la población femenina. Por lo cual, las historias con tipos A jamás me funcionaron.
Nunca les fui lo suficientemente inteligente, o era considerada una reventada porque salgo mucho, o creen que soy fronteriza porque tengo que buscar en el diccionario lo que significa "solipsismo".
Y con los tipo B, bueno, me sucede todo lo contrario.
"Hablas como una vieja", me dijo un tipo B una vez.
Creen que soy una nerd porque tengo blogs y porque voy a la UBA. Porque escribo con acentos, y nicks que no entienden.
Así que, como siempre, no me van ni los tipos A, ni los tipos B.
Buscaré, entonces, a un lindo inteligente. Un tipo C.

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