Se hace la remake de "La Banda del Golden Rocket". A vos, ¿cuál te gustaría que vuelva?

diciembre 11, 2012

EL DÍA QUE ME QUIERAS (6)

CUANDO TE CONOCÍ, capítulo segundo

A Nacho (que todavía no sabía que se llamaba así, pero ya conocía sus ojos, y qué cara ponía cuando sonreía, que me pareció algo torpe), lo seguí cruzando todos los días en el colectivo y en el subte.
Bajo ningún concepto, me animaba a hablarle. Ni siquiera para anunciarle que había un incendio.


Era martes, llovía a cántaros y hacía un frío espantoso. Detesto el frío, detesto la lluvia, y cuando van de la mano, siento que se complotan contra mí.
Ese era un día de boicot. Mi paraguas se zafó de su mango y casi mata a una señora. Y el pibe lo vio todo.
La señora no paraba de gritar y yo, mientras me mojaba bajo el agua que no paraba de caer copiosamente, me ponía cada vez más nerviosa: porque la señora no me respondía si estaba bien, porque el chico del colectivo estaba viendo mi papelón y porque estaba empapándome.
Creo que fue una situación muy tensa para estar solamente observando, así que Nacho se acercó, me cubrió con su paraguas y tranquilizó a la señora, que no tenía el más mínimo rasguño; y después de dejar de protestar, me dijo que tenga más cuidado y se fue, como si nada.
Y ahí quedé yo, con un tipo que me gustaba nada más de verlo, protegiéndome de la lluvia, y con mi paraguas roto.
-”¿Te tomas el mismo subte que yo, no?. Dale, vamos, no te vas a seguir mojando el pelo”
Eso fue lo primero que me dijo, y entramos al subte.

EL DÍA QUE ME QUIERAS (5)

EL AMOR DESPUÉS DEL AMOR

Empezar a querer a alguien cuando ya te dejó de querer es harto doloroso.
Esa persona no va a volver sobre sus pasos y, al notar que estás loca por él, volver a confiar en vos y quererte de nuevo como si nada. 

Porque iría contra su naturaleza de persona, contra la evolución sentimental. Es más difícil que quien te quiso y dejó de quererte, vuelva porque vos ahora, tarde, lo queres.
Y eso fue lo que me pasó a mí con Nacho.
Yo lo desprestigié desde el punto cero de nuestra relación. Jamás lo tomé en serio. Ni a él, ni a todo su cariñó. Y pagué caro.
Porque cuando alguien deja de quererte, debe de hacer alguna especie de sortilegio inquebrantable, una promesa a sí mismo: nunca más volverá con quien no lo amó a tiempo.
Y eso fue lo que hizo Nacho conmigo.
Quizás se juró nunca más darme ni un cachito de cariño. Quizás juró vengarse de todo el mal que le inflingí.
Y, debo hacer honor a la verdad. Un poco me lo merezco.

noviembre 26, 2012

PUTO EL QUE LEE


El mundo es tan injusto que ahora mismo estoy comiendo una galleta de arroz con queso.
Y, juro, no tiene gusto a nada. 
Escuchar a Los Abuelos ya no es lo mismo. Cuando no tenés tiempo, extrañas tu juventud. Los años mozos.
Y en lo único que pienso es "María no debo, María no debo".
Reprimir acciones es una cagada. Pensar en el prójimo y no cagársele. Pensar que el otro tiene sentimientos. ¡Dios, quiero ser impunemente una egoísta!
No te enamores no, no te enamores nunca. Yo aprendí que significaba Benelux en 1º Año de Derecho. Y no vivía preocupada, recuerdo. Era muy joven, era más egoísta. 
¡Quitémonos las caretas, seamos todos unos egoístas bárbaros! 
¿Por qué esta construcción social de ser buena persona?
Está latente la idea en mí de uno de estos días de mandar todo a la bosta y salir en ñocorpi por la calle, subir al bondi y pagar el mínimo yendo a Provincia. Entrar al quiosco y llevarme una Coca sin pagar. Robarte la propina. Cruzar en rojo. Robarle el WIFI al vecino.
Trazarte al novio en su casamiento.
Quiero dejar el don de la justicia en una picadora, y cometer todas las injusticias habidas y por haber.
Y después, bancársela.

EL DÍA QUE ME QUIERAS (4)

CUANDO TE CONOCÍ, capítulo primero

La primera vez que lo vi lo tengo patentísimo, como si fuese ayer. Guardo ese recuerdo para mi como si fuera un tesoro.
No hubieron fuegos artificiales, ni fue a la luz de la luna, ni un cuarteto de violines tocando alguna canción romántica, ni hubo nada que haga de eso momento una escena de dos personas que se flechan a primera vista.
Yo estaba histérica ese día. Y justo fui a toparme con Nacho en un colectivo.
Había sólo un asiento libre, y no pude haber tenido más tino: en el asiento contiguo dormía un chico con un libro abierto en el regazo y con auriculares puestos. De repente, la histeria se me pasó, y quedé calma, como si hubiese visto una buena película o me hubiese recibido un abrazo. Y eso fue lo primero que sentí.  Aunque cuente que al conocerlo, no se me movió un pelo. Por ahí es el sinsabor que me dejó nuestra historia y mi orgullo lo que me hacen contarlo de ese modo. Y a veces sucede que recuerdo las cosas como quiero. Como quisiera que se hubiesen dado.
No sé qué fue lo primero que me llamó la atención, pero mientras dormía, no pude sacarle la vista de encima. Quería saber qué era lo que leía, qué música sonaba en su reproductor, de qué color eran sus ojos y qué cara ponía cuando sonreía.
Así que me lo imaginé. Como hago cada vez que no tengo la certeza de algo. Invento la realidad que me gustaría que sea.
Unas cuadras antes de mi parada, se despertó. Cerró el libro, que no pude ver cuál era, y apagó su música. No sonrío, ni pude ver sus ojos.
Bajamos en la misma parada, y tomamos el mismo subte.
Así que lo dejé que se ubique primero. Para poder sentarme frente a él…

INFINITAMENTE

No sé decirte todo lo que me generan tus cambios. Quizás siempre estuve errada y vos eras esta persona, y yo hice mal mis juicios. No quiero quedarme con eso. Con tal sensación. De que haya sido toda una mentira, todo un sueño.
De haberte querido al pedo, de no haber estado a la altura. De no haber llenado tus expectativas.
No puedo agradarle a todo el mundo, pero si pudiera cambiar, preferiría a vos que al mundo completo.

Ser grande y no tenerte conmigo es feo, no quiero vivir con esta sensación toda mi vida. Mi vida entera sin vos es una idea que no concibo.
Encontrarnos a los cuarentay será ya una pérdida de tiempo, y yo no quiero perder más. Ni el tiempo, ni tu sonrisa, ni todo tu amor. Ya lo perdí mucho, pensé que iba a estar siempre ahí y ahora lo depositas en otra paciencia. En alguien que se banca más que yo tus arranques inentendibles de miseria.

Aún así, yo quería bancarme tus miserias. Y que vos toleres las mías. Pero me creí que tenía todo el tiempo del mundo, que podía aflojar. Que íbamos a tener toda la vida para vivir de nuestro amor.
Me demoré.
Y vos no aguantaste solo, solemnemente. Y yo creí que siempre iba a ser joven y canchera.
Tendría que haberle hecho caso a Robertito -Arlt-: "Atenti nena, que el tiempo pasa y cada día merma el stock de giles".

Y Pedro ya no suena para nosotros. Ahora escucharás a Pedro con ella. Y yo tendré que hacer lo propio. Pero ganas no tengo.
 

Ganas de estar maravillosa esta noche eran para con vos.
Quedarme simplemente con el recuerdo de lo que fue, me paraliza. Lastima mucho más de lo que es tolerable para mí.
Desde el dolor -siempre-, elijo construir. CAPITALIZAR. Crecer. Ser mejor cada día.
Total, no serás el último. Siempre serás el primero.

octubre 15, 2012

REHÉN

Recuerdo que al otro día era carnaval. Y que lo vi y me enamoré. Cortito al pie, sin vueltas. ME-E-NA-MO-RÉ.
Nunca siquiera me miró. Bah, me miró mal para que me corriera de su camino; pero lo que se dice mirarme, no me miró. Nunca. Ni una vez.
Yo estaba indignada, porque no sabía qué hacer ya para que siquiera me dijera "córrete".
Entonces, luego de esbozar un esquemático plan, lo deduje. Debía raptarlo.
Era claro, era simple. Raptarlo y esperar a que sufra de síndrome de Estocolmo.
Si desea salir airoso, deberá colaborar. Deberá amarme.
Preparé todo. Había conseguido cómplices y todo. Lo esperaríamos a la salida del cheboli y lo amordazaríamos y le cubriríamos la vista. Lo mantendría en cautiverio en un salón de fiestas abandonado que hay a una cuadra de casa. Le preparé un catrecito, un mate y un mazo de cartas para que no muriera de embole.
Pero algo salió mal.
No había reparado en la posibilidad de que uno de mis cómplices se bebiera y confesara nuestro plan.
Eso fue lo que sucedió. Uno de los bastiones más débiles de mis flancos se tomó tres Campari y un fernét y sopló.
Dieron aviso al 911 y la policía me vino a buscar.
Luego de tomarlo de rehén utilizando un arma blanca, que resultó ser la botella de Campari que arruinó todo, y después de que la cana garantizara mi seguridad apersonando a Crónica TV, y mientras me subían al patrullero, le confesé mi amor al grito de "aguante Pappo y aguanten tus viejos que te hicieron tan lindo"; porque era LINDO. Treinta y dos personas agradecieron que el RENAR no me dejaba portar armas.
Estuve detenida e incomunicada veintitres días, hasta que el susodicho me retiró los cargos con la condición de aceptar una orden de restricción.
La culpa es suya, por ser tan lindo.

mayo 28, 2012

GRACIAS POR IRTE

La primera vez que te equivocas, duele. Después se te hace costumbre y empezás a preguntarte si no estarás haciendo algo mal.
Yo sé que no he sido la mejor en esto; he cometido errores pero por todos ellos, he pedido perdón. Por lo cual me es harto difícil entender al que se pasa la vida haciéndose el pelotudo.
Gracias a la evolución del hombre, hemos desarrolado el lenguaje. Y por suerte, a nosotros nos tocó el español, que es riquísimo, y jamás pueden faltarte palabras para decir algo.
Por eso no entiendo tampoco al que se pasa la vida haciéndose el pelotudo y no dice nada.
¿Qué te pensas, invertebrado mental, que no nos damos cuenta?, ¿por qué te haces el que aquí no ha pasado nada?
En la vida -por lo menos, así me manejo yo-, las cosas se dicen. El silencio es el acto de cobardía más grande que existe, y el mundo es de los valientes, de los que se animan, de los que no dejan pasar, y usan la boca toda para decir, para denunciar, para demostrar.
Por eso no entiendo que elijas el silencio. Nos apresa y nos hace apenas un número más.
En la vida hay que gritar, para ser oído. Hay que gritar para dejar en claro que uno está, y no de paso.
Que uno llegó para quedarse y hacer algo bueno. Para comprometerse, para hacer algo con el milagro de estar vivo. Y no pasarse la vida como una ameba.
Está bien, no me elijas a mí, que soy una loca, que tengo sueños inalcanzables, que no me guardo nada, que no soy canchera y estudio algo súper aburrido. No me elijas y hacéte el pelotudo toda tu vida.
Yo te habré sobrestimado, sí. Y vos no me elijas.
Sé que con el trascurso del tempo, en realidad, me vas a estar haciendo un favor.

Entradas populares