ALTER EGO

En psicología, el álter ego (en latin; otro yo, en castellano), es una segunda personalidad, o persona, de una persona.
Bueno, yo tengo varios álter egos. La mamá de Martín, una señora bien que ha abusado de las cirugías; la novia pesada, una pobre chica que vive a través de su novio; y Gabi. Gabi de Gabriel. Si, si, tengo un álter ego que es hombre.
Gabi es un chico laburante, de Varela, que le gustan los autos tuneados e ir a bailar a El Bosque. Todos los domingos a la mañana, cuando llega de bolichear, despierta a su mamá para que prepare los ravioles para el mediodía. Para él, su vieja es todo. Y viceversa. Hay un Edipo mal resuelto.
Gabi suele pasear por bares, buscando chicas que llenen sus espacios vacíos con AMOR. Jamás lo ha encontrado. Suele encontrar gatos, viejos yiros que le piden que les regale whisky con huevo o champagne (se escribe así, pronuncian shampucito). También encuentra jóvenes estándar que, claro, ahuyenta a la primera de cambio: cuando les ofrece un esperma de pitufo e ir a tomarlo a la ribera como Dios los trajo al mundo. O invitándolas a dormir a su casa, prometiendo ravioles de ricotta y nuez de su madre.
Padre creo que nunca tuvo. Y si lo tuvo, no creo una imágen fuerte en su hijo, pues nunca lo nombró.
Estudios, nulos. Dudamos que haya terminado la secundaria, aunque el jura a cuerda que metió las ocho materias que debía.
Se dedica no sabemos muy bien a qué. Usa Nextel todo el tiempo, y grita cuando se comunica. Usa camisas con tres botones desabrochados y luce cruz al cuello. Dice tener un Gol tuneado, con stereo de esos potentosos (y aturdidores) y con tablero de neón.
Siempre, siempre, te va a preguntar de qué signo sos, y te va a decir: "igual que mi vieja".
Veranea en San Bernardo, con su mamá. Pero hace playa y sale con sus amigos, que paran en otro departamento.
Gabi sale siempre. Y me refiero, cuando digo sale, que lo hace de mí. Se apodera de mi cuerpo y habla por él, por medio de mi boca. Es bochornoso.
Tener un álter ego no es fácil. Puede salir en cualquier momento, cuando menos te lo esperas. Como cuando estás cenando con un chongo y pasa una chica enfundada en jeans, y Gabi le dice una guasada. Ahí es difícil explicar que fue el álter ego, y no una.
Temo que algún día, Gabi, o Mimí (la mamá de Martin) o la novia pesada, ganen y me coman. Y quedar encerrada como un álter ego de alguno de estos personajes.