Se hace la remake de "La Banda del Golden Rocket". A vos, ¿cuál te gustaría que vuelva?

mayo 08, 2009

CURRÍCULUM VITAE

Hola, mi vida. Mi gracia es María, como ya sabes y, en cualquier momento, cargaré dos décadas. Dedico mi tiempo libre a estudiar y durante las tardes, juego a lo que más me gusta: hacer nada. No me gusta el circo y crecí de la mano de excelente música, pero cuando estoy sola, disfruto de escuchar letras pegadizas. Le tengo fobia a no hacer de mi vida lo que pretendo y muchas veces elijo estar sola conmigo. Es muy divertido y, generalmente, muy productivo. Cuando quiero, lo hago con todas las letras y, cuando me disgusta alguien, lo aborrezco.
Para mi, siempre es buen momento para una cerveza con maníes y charlar. Todavía padezco el síndrome de Peter Pan y, en verdad, lo disfruto. No me gusta que llueva más de dos días seguidos y tengo problemas con el alcohol. No me sé manejar con los niños y le tengo miedo al ochenta por ciento de los perros.
Detesto que me asalte una duda y no poder despejarla, pasados diez minutos. Sueño con encontrar al amor de mi vida, pero no arranco el motor ni para buscarlo. Mientras tanto, mal no la paso.
Puedo llegar a ser extremadamente arisca, como también puedo ser más bondadosa que Juan Carr. Tengo pésimas elecciones en cuánto a lo que en hombres respecta, lo cual deriva en que nunca haya estado en pareja. Tengo amigos incondicionales, y de los otros; de todos los cuales estoy orgullosa, la mayor parte del tiempo.
En la cabeza, tengo tres agujas. Cuando más rindo, es porque menos me he esforzado; las buenas cosas que resultan se las adjudico al destino; y, cuando me va mal, me frustro un rato, respiro y voy a gritar al patio. Ahí nomás, me libero.
A veces, adopto un par de orugas, las bautizo, intento domesticarlas y se van, convertidas en mariposas. El buen humor, para mi, es el mejor estilo de vida. Y no hay con qué darle.
Adoro lavar los platos, y juego a adivinar a quien corresponde cada traste, por su modo de alimentación. Cada vez que ando en auto, juego a armar palabras largas con las patentes, o números telefónicos conocidos.
Creo que en otra vida viví en Brasil, o quizás ese sea mi futuro. A veces tengo premoniciones. Es mi calidad de niña índigo la cual me permite realizar tales hechos, entre otros.
Me encanta observar mapas. Eso, observarlos. No ambiciono nada enorme, ni recorrer el mundo, ni ser millonaria. Me conformo con aprender todos los pueblos de todas las provincias y sus gentilicios. Con eso me conformo. Después de alcanzarlo, veremos.
Me agrada mi nombre; me agrada el sambayón. No me gustan ni las caricias ni el pegoteo. Menos que menos, dormir acompañada. Lo detesto. Como también que me adjudiquen ser arisca; o que me adjudiquen sentimientos que desconozco. Que digan que fabulo, eso me molesta. No muero por lo dulce, pero sí por la Coca Cola. Si me fuese a una isla sola, sería un must seguro. Una botella sin fin, con gas y fría. Y un reproductor de música. Y un anotador. Con eso, estoy hecha.
Cuando comienzo a reflexionar, me voy tan lejos del punto de partida, que me termino embrollando al divino botón, yo solita, con cualquier nimiedad.
Soy una obsesiva. Algún día leeré entero el Diccionario de la Real Academia Española, y entenderé todas las letras de los Redondos. Las voy a cazar al vuelo. Algún día. Me siento una tipa honesta, sé que lo soy. A veces, me bajoneo. Fulero. Me asusto. Me desconozco. Ahí pateo el tablero, mando todo al mismísimo demonio, y pongo música y comienzo a revolear los pies. Y no sabes lo que me rio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este es mi segundo favorito..aunque te tengo que repetir otra vez q no sos indigo, que sos MEDIOCRE.

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