No me vengas a buscar cuando esté casada. No.
No me vengas a buscar cuando sea madre de tres pibes. No va a funcionar y posta, no creo que te de cabida.
Ya voy a estar grande para tomar Camparis sin culpa. Voy a tener una familia a cargo y voy a ser grande.
Voy a tener un jardín con hortensias y jazmines que protegeré de los caracoles y las hormigas.
Planes de vacaciones a la costa con chiquitos. Sacoas, palitas y rastrillos. Voy a tener que juntar plata para viajes de egresados y en febrero, ir a la librería Ramos con listas de útiles.
Voy a tener qué saber cual es la dieta más balanceada y recordar qué día es la reunión de padres.
Voy a tener que pensar de domingo a domingo qué hacer de comer, sintiéndome la mayor frustrada cada vez que ingrese a la cocina.
Voy a estar pensando cuando vencen los servicios, en llamar al mecánico porque el auto hace un ruido raro, en qué hay que comprar en el super.
Voy a recordarte simplemente. Ya habrás dejado de ser prioridad hace muchos años. Mis prioridades habrán cambiando tanto.
Voy a ser tan grande, y vos serás sólo un recuerdo. Feliz, pero recuerdo al fin.
Así que te pido, por favor, que me rescates ahora y no permitas que me pase todo esto.
Que me agarres y me hagas escapar de un futuro tan normal.
Que no hagamos planes y vayamos viendo sobre la marcha.
Quiero una vida de adrenalina, y no planificada.
No vengas tarde, que mañana puede ser muy tarde.
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