QUIZÁS EN OTRA VIDA

Yo siempre tuve necesidades.
No me refiero a necesidades materiales, ni afectivas.
Sino que, me refiero a necesidades lógicas.
Para mí, todo debe tener una razón de ser. Las cosas no suceden porque sí.
En mi visión del mundo (que ya les digo, es mía, hiper subjetiva y muy particular), todo sucede de acuerdo a un patrón de razones lógicas. Todo sigue un plan gigantesco y nada es azaroso.
Es por eso que hace años trato de que me des una respuesta. Que me expliques por qué. Que me entregues todos los motivos de tu obrar.
Que me reveles si fue mi culpa -a esta altura, ya ni me interesa, en realidad-, quiero entenderlo todo; o si fue, acaso, que no te sentías a gusto conmigo.
Por qué te comportaste así.
Yo sé que soy una ansiosa, que me precipito. Pero no merezco no tener certeza alguna.
Yo no me conformo con nada. Pretendo que alguna vez me aclares qué te pasó, qué sentiste; que me sientes y me pidas perdón, por lo menos, por sembrarme tantas dudas.
Que tus secretos dejen de ser tales, y me hagas partícipe de lo que nos pasó, de lo que fue nuestra historia ya que, de momento, yo lo único que hice -lo único que pude hacer, que estuvo a mi alcance; el resto corrió por tu cuenta- fue sorprenderme.
De tu accionar, de como te comportaste para conmigo.
Jamás me dijiste nada, vos tomaste todas las decisiones por mí.
Y por si no lo sabías, no está nada bueno.
Se supone que es de a dos. Discúlpame, pero hace rato que mis decisiones las tomo yo. Papá ya tengo, vos por mí no podés hablar; mucho menos, actuar.
Y sabes que todo esto no es de paranoica -aunque también éste sea uno de mis rasgos-. Sabes que tengo razón. Que tus silencios no tienen otro motivo que la inmadurez que te caracteriza. Sabes que me merezco la verdad. Completa. No esos puchitos que me tirás y yo tengo que descifrar. Yo no te debo nada -en todo caso me debes vos a mí; y yo quiero solamente la verdad-.
Yo no estoy obligada a ser condescendiente contigo. Lo hago (lo soy) porque todavía te tengo paciencia (siempre voy a ser tan paciente para con vos). Lo soy porque te quiero.
Seme totalmente sincero. No le tengo miedo a la verdad. Para nada. Violencia es mentir, y yo soy ultra pacifista.
Necesito que me digas todo. Así puedo hacer todos aquellos razonamientos lógicos que preciso para entenderte y finiquitar este asunto.
Y para que la próxima vez sepa con quién estoy metiéndome.
Saber para la próxima, que estoy segura, va a haber.
Para la próxima vida, voy a saber cómo te manejas. Y me voy a reír, porque ya no voy a sufrir.