Se hace la remake de "La Banda del Golden Rocket". A vos, ¿cuál te gustaría que vuelva?

septiembre 02, 2009

DON JUAN Y SU QUEJOSA DAMA

Cuando iba al secundario, había un chico en el colegio. Juan. Bah, había más de uno, pero él era el único que llamaba la atención de las chicas.
Tenía todo lo que se necesitaba en esa etapa de la vida para ser un James Dean vernáculo: había repetido, hacía boxeo y fumaba en la puerta del colegio. Y tenía auto.
Admito que empecé a relacionarme con él, con el pie izquierdo. Por haber tirado la pelota a nuestro salón, llena de migas de galletitas Opera, lo increpé abruptamente y le grité, escupiéndole esas migas encima. La discusión la terminó la preceptora, interponiéndose entre nosotros y mandándonos a nuestras aulas bajo amenaza de llamar a la directora.
Tiempo después, caí en la cuenta de que su imágen de chico malo me volvía loca. Y empecé a chiflarle cada vez que pasaba por enfrente de mi aula y a revisar sus notas e informes.
Por supuesto, terminó dándose por aludido. Justo como yo quería.
Pero no se dio cuenta que era yo la que le rondaba. Creyó que era mi amiga Agustina, de la que solicitó su teléfono en Secretaría y llamó.
Como ella es, ante todo, mi amiga, sutilmente le cortó el rostro y le dio mi número.
Ni lento ni perezoso, y seguramente sin mejor plan a la vista, me contactó.
Yo ese día estaba con una gripe espantosa. Volaba de fiebre y los mocos habían tomado posesión de mitad de mi cuerpo.
Me llamó y me invitó a salir. Como se estilaba en esa edad, salir se entendía como "vos vas con tus amigas, yo con los míos, nos encontramos por ahí y vemos qué onda".
Obviamente, afiebrada, adolorida y moquienta, fui. No quiero decir mocosa porque sería tendencioso. Por supuesto, nos encontramos, vimos qué onda y chapamos.
Desde ese momento, supe que no iba a funcionar. Y habían unas muy simples razones. Llaménme prejuiciosa, tarada, lo que gusten, pero en otra ocasión explicaré más a fondo el por qué del prejuicio.
A Juan le gustaban los autos tuneados. Yo los detesto.
Juan escuchaba La Nueva Luna. A mi me dan arcadas.
Juan tenía faltas de ortografía. Que a mi me daban dolores de cabeza.
Juan esto, Juan aquello y, pobrecito Juan, esto otro.
Asi fui saboteando una relación antes de que empiece, como hago siempre. Me quejo, pongo cara de culo y todo me parece una porquería.
Mecanismos de defensa, que le dicen.
Igual, hace unas semanas volví a hablar con Juan. Sigue con las mismas faltas de ortografía, pero ya no me duele tanto la cabeza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo quisiera que me llegara a mi mail que cada vez que se actualiza el gacetin, ya que soy muy despitada y no recuerdo entrar...
a la autora de todo esto, quiero decirle que es una CAPA, dedicate a esto mostra!
yo lo conoci a Juan...jamas le hubiese dado bola...y jamas de los jamases hubiese hecho que se interesa en mi...
ay Dios...Juan...menos mal...

Degeneración del 10 dijo...

Muy bueno gacetina!!! jaja gacetina

definitivamente, creo que cuando uno está moquiento y afiebrado, y sale igual, es porque está hasta pelotas del enamoramiento. Te clavás un ibupirac y te enrollas en una bufanda y salis. Ahhh, el amor.

cariños,

el jefe de produccion

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