EL TIEMPO LOS MEJORA

El sábado lo vi a Gonzalo. Él es el ex amor de mi vida. Así, con poca pompa y mucho autobombo, como siempre, el tipo de mi vida hasta hace unos meses.
Estaba precioso. Natural y borracho. O borracho, como es natural en él. Con una sonrisa divina que combinaba con su remera.
Gonzalo es así, simplísimo. Y me refiero a simple, y no básico. Sencillo, sin vueltas, sincero. Es lo que ves. Un tipo transparente. Y sin pelos en la lengua. Que si estoy linda me lo dice; que si estoy impertinente, no cavila en comunicármelo. En el pico de su estado alcohólico me dice que ya se había chapado a dos. Que se iba a ir a chapar a una tercera. Y me da un beso fuerte, gracioso, en la mejillla que en su idioma significa "te quiero".
-"Ahora te vengo a buscar, si no encontras un tipo".
A lo que contesto, un poco con sarcasmo, un poco con esperanza:
-"Dale, acá te espero".
Y es cierto, lo esperaba. Con Gonzalo siempre la paso bien, aunque no me guste más, aunque no espere que me bese, aunque esté borracho y me diga "estás re potable, mamita". La paso bien porque es agradable, bueno, simpático, entrador, bebedor de cerveza empedernido y porque me quiere tal como soy.
Ese es mi problema. A todos mis ex chongos los quiero mucho tiempo después del debido. Pasa que cuando están conmigo son peores personas. Y al alEjárseme, se convierten en príncipes azules y galanes natos.