Siempre termino haciéndome la amiga de los tipos que en algún momento me gustaron, los que me apreté en cuanto lugar nos encontraramos, los que para mi serían los perfectos padres de mis hijos, los que eran el amor de mi vida, hasta el tipo ideal.
Y cuando digo "haciéndome la amiga" no quiero decir que simulo serlo. Termino encariñándome tanto con esos fascinerosos (porque debo rozar el record de haber relacionádome con los peores, los que nunca tomaron en serio ni la Primera Comunión), que termino adoptanto una postura tan, tan incómoda como imposible de dejar.
Termino convirtiéndome en su paño de lágrimas, en su oreja disponible 24 horas, en su contención emocional. Increíblemente he llegado a decir cosas tales como estas:
-"Basta, sos un buen tipo, estás solo porque las minas no te saben valorar".
Mientras tanto, mi cabeza decía: ¡María, es un turro!. Las minas sí lo saben valorar: huelen su maldad. Vos sos la que no lo supiste valorar, vos lo sobrevaluaste. ¡Cómo el dólar, naba!
-"No te pongas mal, si necesitas algo, avisame".
Mientras tanto, mi cabeza decía: María, ¿sos boluda?, si necesita algo que la joda a la madre, que fue la recontra que lo parió. ¡Que se vaya a freír churros, que el cerebro lo tiene frito hace rato!.
El caso más curioso, si los hay, es el del Che Guevara. No, no es Ernesto. El Che fue, durante mucho tiempo, EL-A-MOR-DE-MI-VI-DA. Y no miento. Pobre pibe, si soy pesada normalmente, imagínense enamorada.
Resulta que el Che no me dio más bola que un beso una noche, en estado de alcoholemia grave. Y ahí se acabó. Hasta ahí, él llegaba. Para mi recién empezaba. Lo seguía, lo perseguía. Bueno, debo hacer honor a la verdad, si no lo acosé, pega en el palo.
Después de meses y meses al grito de "CHEEEE, TE AMOOO" cada vez que lo cruzaba, me levanté un día y ya ni me parecía lindo.
Así, simple, corto. No había vuelta que darle. No me pasaba nada con él, después de todas las energías que le había puesto. Y no voy a seguir ahondando en el tema, porque doy vergüenza.
Lo curioso es que hace una hora, mi ex amado/hombre de la vida me abrió una ventana en el MSN llorándome porque la de turno no le daba bola. Así, cortito y al pie.
Y es sólo un caso. Deben haber como otros 10 ex chongos con los que tengo ese patético tipo de relación.
No sé cuál es mi problema (estamos seguros que es un problema, no puedo cambiar tanto de parecer). Novio nunca tuve, siempre terminé cumpliendo el rol de amiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario