Se hace la remake de "La Banda del Golden Rocket". A vos, ¿cuál te gustaría que vuelva?

mayo 21, 2009

PROBLEMAS DE ATENCIÓN


Los tipos no pueden esparcir la atención. Solamente la pueden fijar en un lugar, en una cosa, en un culo.
Mi amigo Agustín es el mejor ejemplo. No puede hablar por teléfono y decirte con la mano si quiere o no vigilantes, si te queda mejor el zapatito blanco o las sandalias de cuero. No sabe contestarme, si está hablando con otra persona, si yo tomo americano cortado con crema o café en jarrito con crema.
Pasa en el MSN. Juan me dejó media hora frente al monitor esperando una respuesta. Volvió diciendo que había colgado con la tele, que lo disculpe. A ver, campeón, ¿era muy difícil ver la porno que seguro estás viendo y contestarme por si o por no a mi pregunta?, ¿seguir mirando Fútbol de Primera y responderme?, ¿o etiquetar gente en Facebook y responderme?, cosa de que yo no esté perdiendo mi tiempo esperando que la ventanita se ponga naranja.
Es una falta de respeto, muchachos. Ustedes exigen atención a rolete, sincerémonos. Si no te contesto a la brevedad en el MSN (aunque mi estado sea NO DISPONIBLE, o AUSENTE, querido), me mandas zumbidos, Juan. Si no respondo a la pregunta que me haces mientras estoy hablando por teléfono y saludando a un conocido, te ofuscas, Agustín.
Mi pregunta es, ¿por qué este defícit de atención?, ¿por qué no pueden hacer dos cosas a la vez?.
Esto es culpa de sus mamás, de las madres en general, y de las maestras de EGB. Los malacostumbraron a hacer una cosa a la vez, mientras que a nosotras nos educaban para ser chicas orquesta.
Ellos copiaban la tarea y nosotras la copiábamos e íbamos a lavar los pinceles que usaban todos en la hora de plástica; hacíamos de mazorqueritas y damas antiguas y después presentábamos una coreografía para ocupar tiempo en los actos del colegio mientras que ellos hacían de Belgrano, de San Martín y los otros 16 compañeritos, con una pecherita de cuarta que una mamá se encargaba de comprar para todos en el cotillón berreta de la vuelta, hacían de granaderos. SIEMPRE. Ellos íban sólo a comprar el pan, mientras que nosotras íbamos a la verdulería, a la carnicería y cuando volvíamos, nos avisaban que también teníamos que ir a comprar dulce de leche, porque el inútil de tu hermano tenía antojo de panqueques.
Cortémosla con esta servidumbre que sufrimos hace siglos por ser el sexo débil, si ya nuestras abuelas y nuestras madres lucharon para usar pantalones y tomar la píldora, legándonos la posta para liberarnos definitivamente de nuestros opresores: hermanos, novios, compañeros, maridos y en menor medida, padres (porque son los únicos benévolos con nosotras, los únicos que nos van a buscar a la parada cuando llegamos de la facultad, que nos agradecen cuando les planchamos las camisas y le vamos a comprar el diario los domingos).
Apurémoslos de una buena vez, para que aprendan a esparcir su atención y puedan trabajar, ordenar la casa, buscar a los hijos al colegio, pagar las facturas, trabajar, ser autosuficientes y depilarse. Bueno, depilarse, que no se depilen. Si nosotras hacemos todas esas cosas, y no hay mujeres caídas por realizar tareas domésticas y parar la olla.
Vamos, chicos, una vez hagánnos sonreír pícaramente, abriéndonos la puerta del auto, mientras hablan por teléfono y teniendo preparadas las monedas para el trapito. ¡Esparzan la atención, muchachos, tienen mucha en stock!.

1 comentario:

la chuly dijo...

dificil lo que pedis mari

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